Historia.
Las primeras
almohadas pueden ser encontradas en la antigua Mesopotamia (hoy Iraq) y el
antiguo Egipto, encontrando restos en las tumbas de faraones. En aquél
entonces, las cabezas descansaban en madera sólida tallada ligeramente a la
mitad.
Durante más de mil
años las dinastías Chinas usaron materiales como madera, jade, bronce, bambú y
porcelana para dar forma a sus almohadas. Las cuales adoptaban la forma y eran
decoradas como animales, plantas, personas o incluso figuras geométricas.
Los antiguos chinos
preferían las almohadas de materiales duros, ya que tenían la teoría de que los
materiales suaves robaban al cuerpo la vitalidad y causaban problemas graves,
desde mala circulación de la sangre, hasta no cumplir con su función de
¡mantener a los demonios alejados!
Los ricos y pudientes
de las antiguas Grecia y Roma comenzaron a usar paja, caña y plumas para hacer
almohadas más cómodas. Fue durante la
Europa del Medievo en que las almohadas y cojines bordados se convirtieron en
artículos de moda.
Alrededor de 1700 las
almohadas se convirtieron en algo común. Incluso se comenzaron a usar para
arrodillarse en la iglesia, mientras las Biblias descansaban en su propia
almohada. Gran parte de lo que hoy conocemos como ropa de cama fue desarrollada
alrededor del siglo 19, aunque no se produjeron en masa, sino hasta el siglo
veinte.
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